La expresión de subjetividades a través de la música: un estudio de caso sobre el cuidado sensible.
Resumen:
Este trabajo es un relato de la experiencia de una de las autoras, que es
enfermera y músico-terapeuta en el Hospital Central del Ejército en la ciudad
de Río de Janeiro, Brasil. El objetivo es reflexionar de qué forma la música
puede ser utilizada como un recurso que permita humanizar el ambiente
hospitalar, basado en los estudios de las 3 ecologías de Guattari. La música
no debe ser vista como una prerrogativa de una profesión, sino como la de
cualquier profesional, interesado en valorizar la producción de subjetividades
inherentes al afecto y a la creatividad. El bienestar del cliente internado está
relacionado a un ambiente favorable que proporcione alivio, seguridad, protección
y confort y la ejecución musical puede revivir sentimientos de aproximación y
protección. La conclusión de este estudio es que la música, como recurso
utilizado para humanizar el ambiente hospitalar, se mostró eficaz, movilizando
de forma positiva las emociones, promoviendo la interacción y ampliando la
calidad de vida, tanto de los clientes y acompañantes como la del equipo de
salud.
PALABRAS CLAVES: Enfermería, Musica, Criatividad.
A expressão da subjetividade por meio da música: um estudo de caso sobre o cuidado sensível
Resumo:
Este trabalho é um relato de experiência de uma das autoras que é
enfermeira e musicoterapeuta no Hospital Central do Exército na cidade do Rio
de Janeiro, Brasil. O objetivo é refletir de que forma a música pode ser
utilizada como um recurso que permita humanizar o ambiente hospitalar, tendo com
base o estudo das três ecologias do Guattari. A música não deve ser vista
como uma prerrogativa de uma profissão, mas de qualquer profissional
interessado em valorizar a produção de subjetividades inerentes ao afeto e a
criatividade. O bem estar do cliente internado está relacionado a um ambiente
favorável que proporcione alívio, segurança, proteção e conforto e a
performance musical pode reviver sentimentos de aproximação e proteção. A
conclusão deste estudo é que a música, como recurso utilizado para humanizar
o ambiente hospitalar se mostrou eficaz, mobilizando de forma positiva as emoções,
promovendo a interação e ampliando a qualidade de vida, tanto dos cliente e
acompanhantes como da equipe de saúde.
PALAVRAS CHAVES: Cuidados de Enfermagem, Música, Criatividade.
Introducción:
Este
trabajo es un relato de la experiencia de una de las autoras, que es enfermera y
músico-terapeuta, en el Hospital Central del Ejército (HCE) en la ciudad de Río
de Janeiro. El objetivo principal es reflexionar de qué forma la música puede
ser utilizada como un recurso que pueda humanizar el ambiente hospitalar.
Santos1 afirma que cabe al músico-terapeuta actuar como
agente sensibilizador en la utilización de la música en diferentes ambientes,
aún en “situaciones que no estén vinculadas a un abordaje estrictamente clínico”1.
Es
importante aclarar que la músico- terapia es la utilización de la música por
parte del músico-terapeuta y el
cliente en un proceso estructurado que busca alcanzar una serie de objetivos2
los cuales están relacionados a sus necesidades, tales como: desenvolver la
comunicación y socialización de portadores de enfermedades mentales, estimular
la recuperación psicomotriz de clientes portadores de deficiencia física,
desenvolver habilidades perceptivas en clientes portadores de deficiencia visual
o auditiva y estimular la memoria, atención y concentración
de niños con dificultades de interacción social y de aprendizaje, entre
otros.
En
este relato, para diferenciarlo de músico-terapia, usaremos el término música
terapéutica2, que se refiere a un tipo de cuidado que
provoca bienestar y puede ser utilizada como un recurso en el tratamiento del
dolor, de la ansiedad o del estrés. La música, desde este ángulo, no debe ser
vista como prerrogativa de una profesión, sino como un instrumento al alcance
de cualquier profesional interesado en valorizar la producción de
subjetividades inherentes al afecto y a la creatividad3.
Al
reflexionar sobre el bienestar, percibimos que el mismo está relacionado a un
ambiente favorable que proporciona alivio, seguridad, protección y confort4
La música cantada, principalmente, tiene un fuerte impacto, pues, trae
recuerdos que representan símbolos de verdad y fe en la vida. En situaciones
asustadoras se puede recurrir a estas canciones para superar dificultades. El
sentimiento de bienestar y protección se revive a través de la ejecución
musical5. Así, podemos considerar la música como un recurso que
puede traer confort creando un ambiente hospitalar más humano.
La
música, usada con imaginación, se puede transformar en un cuidado intuitivo,
sensible y no invasor. Tavares6
hace relación a tres funciones principales de la imaginación en la
enfermería: establecer una relación más íntima con el sujeto de cuidado en
un tiempo breve, facilitar la expresión de los sentimientos de los sujetos y
hacer evidentes sus creencias sobre la capacidad de participar de su propio
proceso de recuperación de la salud. La música estimula la empatía al
promover sintonía entre los participantes que la ejecutan, facilitando el
compartimiento de emociones, desenvolviendo la interacción y facilitando la
relación entre los sujetos envueltos en el proceso3.
Es
importante resaltar que al utilizar la música como un tipo de cuidado, debemos
partir de la referencia musical del cliente y no de la nuestra o de algún
procedimiento musical patrón. Para que la música produzca empatía e interacción,
debe estar lo más próxima posible del universo sonoro del cliente. Concordamos
que el énfasis unilateral en la música desconectada de su contexto “parece
oscurecer más que contribuir para una aproximación comprensiva del fenómeno
musical”… “se acaba cayendo en una confusión que le atribuye a la música
intenciones y una especie de autonomía o trascendencia, perdiéndose de vista
que la misma es una creación humana, localizada en un contexto social, cultural
e histórico”7.
LA
EXPERIENCIA
Esa
forma de abordaje musical se inició a partir de la necesidad de R., portador de
varias patologías auto-inmunes asociadas (artritis reumática y psoriásica con
espondilitis anquilosante) en cama, deficiente visual, totalmente dependiente y
con quejas continuas de dolores muy fuertes y generalizados. Como él estaba
impedido de bajar e ir hasta la sala de músico-terapia, se inició una visita
semanal con el objetivo de cantar músicas que él escogiese, con el objetivo de
disminuir su sufrimiento y proporcionarle la oportunidad de que se expresase según
su deseo.
Con
el tiempo incorporamos otros elementos: músicos convidados y compañeros de
internación que ampliaban su contacto social. R. recibía a todos con
amabilidad, insistiendo en diversas ocasiones que escogiéramos músicas que
fueran de nuestro agrado, como si quisiera dividir el placer que sentía con
nosotros. Pasamos a crear un repertorio para ampliar la variedad de músicas y
luego estábamos realizando ese trabajo con otros clientes internados.
Inicialmente atendíamos solamente los que no podían moverse y después
ampliamos nuestro radio de acción hacia los clientes internados en general.
Fue
creado, entonces, un equipo fijo de músicos compuesto por la músico-terapeuta
y por dos empleados del hospital que están actualmente incorporados al Servicio
de Músico-terapia. Ellos recibieron orientaciones sobre los procedimientos
adecuados en las unidades de internación, tanto en el aspecto subjetivo de las
relaciones, estimulando su sensibilidad con los clientes, como en los cuidados
necesarios para evitar la infección hospitalar. Este entrenamiento se hizo bajo
la orientación de la Comisión de Infección Hospitalar, siendo destacados los
cuidados con los instrumentos musicales utilizados (flauta, guitarra y cavaquiño)
después de las visitas musicales.
En
esto experimento tuvimos el consentimiento de la junta directiva del hospital
y los clientes firmaron un compromiso aceptando participar de las actividades.
Un
aspecto muy importante tratado durante la preparación del equipo fue el respeto
al paciente y a su preferencia musical. La primera pregunta que uno se hace
después de la presentación del equipo es si el cliente quiere
escuchar música. No se puede partir del principio de que a todos les gusta la música,
y aunque sí les guste, aquel podía no ser el momento apropiado para escucharla.
La segunda pregunta está relacionada a qué
música al cliente le gustaría escuchar.
Concordamos
que nuna vivencia de transculturalidad debemos aprender con las personas
lo que les causa bienestar y/o malestar para poder proporcionarles cuidado y
confort8. Éstos
no dependen solamente de las situaciones de salud y enfermedad y sí de los
aspectos culturales de las personas, siendo diferentes para cada uno. La música
está inserida en la cultura, forma parte de la vivencia sonora de los seres
humanos y por eso puede ser utilizada como un recurso que puede proporcionar bienestar,
pero solamente si se respeta el deseo del cliente, que así se transforma en
sujeto de su cuidado. Aquí se fija la creencia en la dimensión del cuidado
post-demanda.
Tratamos
así de rescatar con el cliente su autonomía y al mismo tiempo proporcionarle
acogimiento, atenuando el dolor y el sufrimiento y ampliando su bienestar. Este
cuidado con el cliente internado pasó a ser llamado de visita o presentación musical
y hoy se extiende a diversos locales en el HCE. Procuramos pasar
una vez por semana en cada local, con excepción de la Unidad de Pacientes
Críticos que presenta un nivel de estrés más elevado. Optamos por describir,
con detalles, el cotidiano de ese cuidado musical teniendo como base las tres
ecologías9: el ambiente, las relaciones interpersonales y la
subjetividad humana.
AMBIENTE,
RELACIONES INTERPERSONALES Y SUBJETIVIDAD
a)
Ambiente:
-
Unidades de internación de clínica
médica o quirúrgica en un total de 12, compuestas de 10 habitaciones con 2 lechos
o habitación individual con un lecho y un sofá para el acompañante.
-
Unidad de cuidados intermedios (UCI) con 8 lechos dispuestos en 2 enfermerías
de 4 lechos.
-
Unidad de Pacientes Críticos (UPC), antiguo UTI y formado por un gran salón
rectangular que alberga 20 lechos, siendo subdivididos en dos puestos de
enfermería, responsables por 10 lechos cada uno.
-
Unidad Renal compuesta por 4 salas de hemodiálisis con capacidad para 1, 2 o 3
ocupantes que se dividen dé acuerdo con otras manifestaciones clínicas. Atiende
hasta 9 pacientes por turno.
b)
Las relaciones interpersonales:
-
Las presentaciones musicales hechas en las unidades de internación
se realizan en el período
de la tarde y por eso, muchas veces las visitas participan de las mismas. Las músicas
pueden ser solamente tocadas por instrumentos musicales o cantadas con acompañamiento
de los mismos. Es común que el cliente quiera ofrecerle músicas a su acompañante
o visita. Es una forma de incluirlos en su cuidado o tal vez de cuidar de ellos
saliendo de un nivel pasivo de cuidado
y pudiendo experimentar el papel de cuidador. Los familiares insisten con los clientes
cuando algunos muestran resistencia
en escuchar o escoger músicas, demostrando un interés especial en participar
junto a ellos. En algunos casos de rechazo, después que escuchan la música siendo
tocada para otros clientes interesados, los que se rehusaron piden que alguien
llame nuevamente al equipo de músico-terapia para que les toque a ellos. Es
claramente perceptible que en diversas ocasiones la música ha contribuido a facilitar
la comunicación e integrar tanto a las personas internadas como a sus acompañantes.
-
En la UCI los clientes son
visitados por el equipo musical
al final de la mañana, cuando la mayor parte de los procedimientos de
rutina ya terminaron, lo que permite que el cliente esté más propenso a
participar del encuentro musical. Como es común que haya pacientes sedados o en
estado de coma, el equipo de enfermería nos indica los posibles participantes:
clientes que estén en condiciones de aceptar o no la música.
-
Cuando uno de ellos acepta escuchar música, procuramos descubrir su preferencia
musical a través de preguntas objetivas y observamos sus respuestas a través
de movimientos labiales, sonrisas o movimiento
de párpados, visto que en su mayoría están con el habla
restricta por máscaras de oxígeno, sondas o tubos.
-
En la UPC las visitas se realizan al término de la mañana o al comienzo de la
tarde, siendo que algunas veces hay participación familiar en la selección del
repertorio, durante el horario de visitas. En esta unidad hay una intensa
participación del equipo de salud (médicos, enfermeros, auxiliares de enfermería
y fisioterapeutas) que se identificó con la música como un recurso que tiende
a humanizar el ambiente. Hubo momentos en que la presentación estaba dirigida
especialmente para ellos, que alegaban estar estresados, sintiendo la necesidad
de relajarse. En esta unidad el equipo de música es recibido con muchas
indicaciones de probables clientes y solicitaciones especiales a fin de evitar
que nos olvidemos de algún cliente en
potencia, incluyendo el propio equipo. En algunas ocasiones, algún elemento del
equipo nos trae informaciones sobre la preferencia del cliente recogidas a través
de los familiares durante la visita.
-
En La Unidad Renal el trabajo es diferente, pues la clientela es constante,
visto que los participantes hacen
hemodiálisis periódicamente. En este caso se instituyó otra dinámica, en la
cual creamos una carpeta específica con el repertorio más solicitado por ellos
y que se la renueva a partir de los nuevos pedidos. Los clientes, en general,
participan con interés y les gusta dividir ese momento con el equipo de
enfermería, sea ofreciéndoles música o solicitándoles que escojan músicas
de su preferencia.
c)
Subjetividad humana:
Observamos
que la música, en general, moviliza los sentimientos de las personas que están
alrededor, sean clientes, acompañantes o personas del equipo de salud. Ellos
demuestran eso con lágrimas, sonrisas, expresiones corporales, faciales y/o con
palabras emocionadas. Algunos nos cuentan episodios de su vida relacionadas con
la música escogida que les hace recordar a sus familiares queridos, lugares marcantes
o períodos significativos de su vida.
La
empatía es fuerte y el lloro profuso de algunos clientes pone en acción a los
participantes, inclusive a los músicos, que a veces también se muestran
emocionados. En algunas ocasiones llegamos a interrumpir la música para preguntar
si la persona quiere que continuemos, y en general dicen que sí, explicando que
a veces “llorar hace bien” o “que no siempre se llora de tristeza”.
Uno
de los aspectos más marcantes es la relajación que la música produce en
todos, principalmente en los clientes. Eso se percibe no sólo a través del
discurso, sino también porque algunos se duermen profundamente durante la
ejecución de la música. Uno de ellos nos explicó que en su casa sólo conseguía
dormir escuchando música, y por eso él no conseguía dormir bien durante la
internación.
En
otros casos, lo que se evidencia es una excitación relacionada a la alegría y
al placer de poder escuchar la música y en otros casos, poder compartirla con
los acompañantes. Una de estas acompañantes se refirió posteriormente al
inmenso placer que la música le trajo, al punto de olvidarse por algunos
instantes del marido y acompañar al
equipo durante la visita hecha a otra habitación. El marido también relató el
episodio como siendo muy placentero. Uno de los integrantes del equipo de músico-terapia
se refirió al efecto que la música ejerce sobre los clientes como “fuerza
para vivir, la alegría que existe dentro de ellos
puede salir”.
Algunos
clientes relataron haber sentido una disminución de los dolores y una clienta
que se recuperaba de un mediato post-operatorio, relató que “el frío” había
pasado. Observamos una reducción del ritmo de los latidos del corazón en algunos
clientes monitorizados y una reducción del esfuerzo respiratorio en clientes
con dificultades respiratorias. Algunos acompañantes observaron una mejora en
la comunicación establecida con sus familiares, los cuales presentaban cuadros
de coma superficial o desorientación.
Los
clientes con hemodiálisis que participan hace más tiempo de la visita musical,
se refirieron a los beneficios que este tipo de abordaje les trae a través de
las siguientes declaraciones:
-“Es
un momento en que uno se divierte y se olvida de los problemas que tiene absorviendo
la música”.
-“Distrae
un poco. Ayuda a olvidar el sufrimiento de tener que estar 4 horas conectado a una
máquina”.
-“Muy
provechoso. Me hace un bien enorme, me siento bien”.
Durante
una de las visitas musicales, un visitante nos relató que se quedó sorprendido
con la reacción del equipo de salud cuando nos pusimos a tocar para los clientes
y los acompañantes. Él percibió que la fisonomía de las personas se modificó.
Se mostraron más sonrientes llegando al punto de modificar su postura, pareciendo
estar. más relajados. Cuando iniciamos este asunto nuestro objetivo era el cliente,
pero al percibir la modificación que la música producía en el equipo, pasamos
a tocar o cantarles a ellos siempre que nos lo pedían, de acuerdo con su preferencia
musical. En este sentido, la música actúa como un auto-cuidado. Concordamos que
el cuidado de sí mismo es indispensable para el cuidado del otro y de su
medio10.
Algunas
personas del equipo de salud (médicos y enfermeros) se refirieron a la forma
como la música afecta el ambiente destacando los siguientes aspectos:”
-“Es
bueno para el paciente y para el equipo, pues acaba con la rutina”
-“Es
otra forma de alentar, mejora el astral”.”Los pacientes dicen que les gusta”.
-“Armoniza
el ambiente, es un momento de relajación, de alegría’.
-
“Tiende a mejorar el trabajo del profesional”.
-“El
paciente piensa en cuándo va a salir, piensa en mejorar y eso mejora el sistema
inmunológico”.
-“Ayuda
a integrar el equipo”.
-“Uno
deja de ser sólo un profesional, en determinados momentos pasa a ser solamente
una persona, pierde el concepto de límite, se relaja”. “Las personas se
relajan y viajan en el tiempo”.
Pero
la música, como un recurso tendiente a humanizar el ambiente hospitalar no es
un concepto unánime para todos, y algunos profesionales se muestran
evidentemente incómodos, llegando, en determinadas ocasiones, a solicitar que
no toquemos porque el “barullo” podría incomodar a los pacientes u
obstaculizar el servicio. Esos pedidos siempre fueron considerados y el equipo
de músico-terapia sólo vuelve a retornar a los sectores que demuestran comprender
la importancia del trabajo para el bienestar del paciente y procurar humanizar
el ambiente.
A
través de un levantamiento hecho con los registros de las presentaciones
musicales en el período de marzo a octubre de 2003, se pudo observar una mayor
incidencia (30%) de solicitaciones de músicas antiguas que dividimos en dos
categorías: serenata y lamento (chorinho). La elección de este tipo de música está
relacionada a la edad de la clientela, que pertenece en su gran mayoría a una
faja de edad superior a la de los 50 años.
La
segunda gran solicitación corresponde a las músicas evangélicas o religiosas,
tanto católicas como protestantes (23%), siendo que la mayoría de las personas
que las solicitan son de diferentes ramas protestantes y diferentes edades.
Observamos que diferentes pacientes atendidos regularmente, cuando sus cuadros
clínicos empeoran, pasan a solicitar con frecuencia músicas religiosas en
lugar de otros estilos anteriormente deseados.
Pudimos
relacionar también la elección de otros estilos musicales, como MPB (música
popular brasileña), bossa nova, música pop o rock a personas que se encuentran
dentro de la faja de edad comprendida entre los 30 y los 50 años con un perfil
más urbano. Los que tienen sus orígenes en ciudades del interior, demuestran
preferencia por estilos musicales de carácter regional, como la música del
sertão (NE de Brasil).
Este
trabajo ha sido importante para colocarnos cara a cara con nuestros propios
prejuicios, sobre lo que se entiende por “buena” música o cuál es la más
adecuada. Muchas veces fuimos sorprendidos con pedidos que aparentemente no
combinaban con el cliente en perspectiva, como el caso de una señora de edad,
internada en la UTI
a
la que le gustaba el samba y de un estilo bien animado, o el caso de otra
clienta de aproximadamente unos 50 años que solicitó música joven, pues a
ella no le gustaba escuchar música de “viejos”. Si no tenemos un
conocimiento previo de su universo sonoro, precisamos valernos de su deseo
evidente en relación a su estética musical.
CONSIDERACIONES
FINALES
La
música vista como un recurso que
tiende a humanizar el ambiente hospitalar, se mostró eficaz en el HCE,
movilizando de forma positiva las emociones, promoviendo la interacción y
ampliando la calidad de vida tanto de los clientes y acompañantes como la del
equipo de salud. La capacidad de extrañar el cotidiano pertinente a la formación
de la enfermera tanto como su característica gerenciadora que se añade
potencializada y que amplía las posibilidades de la músico-terapeuta en la
transformación de una acción objetiva- tocar música con y/o para el cliente-
en una producción colectiva de subjetividades- con el cliente, o al lado de
su(s) compañero(s), su familia, los empleados y los profesionales de la salud.
Al
provocar rupturas en la fría rigidez del ambiente hospitalar, la música se
propaga como una onda3 y sin una dirección fija es capaz de alcanzar
a todos los actores sociales presentes hasta donde su música alcanza convirtiéndola
al mismo tiempo en democrática y penetrante
Este
es, por ahora, el relato de un estudio inicial, sin embargo, ya señala las
pluralidades terapéuticas de la música, llevándonos a pensar en otras formas
de utilización de la misma o en otros ambientes que podrían beneficiarse con
ella. Para eso, es importante que se realicen más pesquisas para ampliar y
profundizar el ámbito de aplicabilidad de la música dentro de una perspectiva
de respeto para con el cliente y su deseo, así como en la utilización de la música
como un auto-cuidado para el equipo de salud. Cabe a cada profesional buscar con
imaginación su propia manera de utilizar este recurso terapéutico.
Referências
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