Desafíos de la enfermería en el contexto pospandémico: una reflexión

Valorar a los profesionales y combatir el síndrome de burnout son parte de los desafíos centrales de un mundo decidido a ganarle al Covid-19

 

Manoel Carlos Neri da Silva1

 

1 Regional Nursing Council of Rondônia, RO, Brazil

 

Que la pandemia de covid-19 surgiera en 2020 es una gran ironía. Ese año fue elegido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Año Internacional del personal de Enfermería y Obstetricia. La profesión no podría haber tenido más visibilidad, pero también más vulnerabilidad.

Los 366 días (2020 fue bisiesto), que deberían haber sido para defender la valoración de la clase más grande de profesionales de la salud del mundo, fueron testigos de uno de los mayores desafíos para el ejercicio de una profesión en tiempos de paz. El Covid-19 ha puesto a todo el planeta en un ominoso estado de alerta. Y, como en un conflicto mundial, generó trauma y como consecuencia estrés, especialmente en los equipos de Salud que lidiaron a diario con el dolor y la muerte. Los enfermeros, que estaban principalmente en la primera línea, sintieron más el impacto.

El primer caso confirmado de SARS-Cov-2, o “nuevo coronavirus”, se registró en Brasil en febrero de ese año y, al mes siguiente, la OMS declaró oficialmente la pandemia mundial(1). Después de un brote local en Wuhan, China, la primera ciudad en reportar infecciones, la enfermedad comenzó a provocar la hospitalización y la muerte de cientos de personas diariamente en Europa, especialmente en Italia. Los cientos se transformaron rápidamente en miles de víctimas diarias. En un mundo hiperconectado, el virus eventualmente se extendió a otras regiones del mundo y causó más muertes en el continente americano, llevando a todo el planeta a una emergencia sanitaria.

Al problema crónico de los equipos reducidos, las jornadas extenuantes y la necesidad de tener más de un trabajo para superar las dificultades económicas, se sumaron desafíos como la falta de Equipos de Protección Personal (EPP) para que los profesionales de enfermería pudieran enfrentar la amenaza de un virus que se propaga por el aire. Las imágenes de las salas de emergencia italianas superpobladas pronto se repetirían en Brasil, donde el Covid-19 cobró muchas más víctimas que en el territorio italiano. Había escasez de oxígeno en las grandes ciudades como Manaos, esto les generó impotencia a quienes cuidan a los enfermos, que se aferran a ellos y, con desesperación, ven constantemente agonizar a sus pacientes, morir poco a poco asfixiados.

El drama de la Enfermería, que está conformada principalmente por mujeres, implicaba separarse preventivamente de los familiares más cercanos -especialmente, de los niños pequeños y de los padres adultos mayores- o convivir constantemente con el miedo a contagiarlos. Ver ,además de a los pacientes, a sus compañeros contagiarse y morir y la falta de equipo, provocó un aumento exponencial del síndrome de burnout, o desgaste profesional extremo.

Consciente del problema, el Consejo Federal de Enfermería (Cofen) implementó un servicio de apoyo psicológico permanente, que actualmente sigue en funcionamiento(2), además realizó la compra y distribución de emergencia de barbijos. Durante la atención que recibieron dichos profesionales se detectó agotamiento general, casos de abuso de medicamentos, consumo descontrolado de alcohol y el deseo de dejar sus funciones, lo cual no sucede porque los enfermeros necesitan el salario para vivir y mantener a su familia.

La población de varios países, incluido Brasil, reconoció el esfuerzo de los profesionales de la salud y organizó, a través de las redes sociales, manifestaciones de apoyo en forma de aplausos desde balcones y ventanas. Sin embargo, en Brasil, el hecho de que el gobierno nacional decidiera negar la existencia de la pandemia provocó la hostilidad de sus partidarios hacia los profesionales de la salud que defendían el aislamiento.

Se les pidió a los trabajadores sanitarios que se retiraran de los condominios donde vivían por temor a que contagiaran a los vecinos. En mayo de 2020, una protesta de los profesionales en la Plaza de los Tres Poderes, en Brasilia, fue interrumpida por militantes agresivos. En San Pablo, hubo denuncias de violencia contra enfermeros en el transporte público. Quienes debían quedarse en casa intentaron negarle el derecho de ir y venir a los profesionales de la salud que salieron a salvar vidas en los hospitales.

El discurso oficial del gobierno nacional minimizaba la enfermedad e incentivaba el uso de medicamentos cuya eficacia no había sido probada, como la hidroxicloroquina y la ivermectina. Esta apuesta por el llamado tratamiento temprano también implicó el retraso en la adquisición de vacunas y la desarticulación de la política nacional de vacunación, que solo se aceleró después de que el gobierno de San Pablo tuviera la iniciativa de llevar a cabo la producción de Sinovac en el país (que se llamó “Coronavac”) y de crear una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI). La conclusión del trabajo identificó crímenes de lesa humanidad por parte de varios actores directa o indirectamente vinculados al gobierno federal.

La presión del CPI surtió efecto y la vacunación de la población brasileña se aceleró entre fines de 2020 y mediados de 2021. Los grupos más vulnerables fueron inmunizados con la primera, la segunda y, posteriormente, incluso una tercera dosis del agente inmunizante. El número de muertes y hospitalizaciones disminuyó y las medidas de aislamiento se flexibilizaron. A principios de noviembre de 2021, se obtuvo el primer registro de 24 horas sin nuevas muertes por Covid-19 en San Pablo y, además, el 70% de los brasileños manifestó que se sentía “seguro” con el avance de la vacunación en el país. El clima es que lo peor de la enfermedad ya pasó. ¿Y ahora?

En un mundo en el que la pandemia parece estar llegando a su fin, surgen viejos problemas con nuevos agravantes en la práctica de la Enfermería. Las malas condiciones laborales y la escasa inversión en formación provocan una escasez de mano de obra que se agrava a nivel internacional. Un estudio global del Consejo Internacional de Enfermería (CIE) muestra que el 90% de los consejos y asociaciones nacionales de enfermería temen un creciente abandono de la profesión(3).

Sería necesario formar a 13 millones de nuevos profesionales para garantizar la prestación de los servicios de salud en los próximos años, según la evaluación del CIE. La situación más crítica es la de los países en desarrollo, debido a la “fuga de cerebros”, es decir, que los profesionales más calificados optan por irse a países más ricos, donde la remuneración es más atractiva.

En Brasil, la pandemia no solo no colaboró para que los más de 2,5 millones de profesionales de enfermería sean valorados, sino que además provocó la reducción de casi un 12% en sus ingresos promedio, según cifras del DIEESE. Un problema agravado por la proliferación de cursos a distancia, que abaratan la formación e inundan el mercado con nuevos profesionales que no siempre cuentan con la debida capacitación práctica.

El estudio Perfil de la Enfermería en Brasil indicó que el 70% de los profesionales de enfermería percibieron menos de R$ 3.000(4). De estos, más de 280.000 profesionales perciben un monto inferior al salario mínimo. La aprobación de un Salario Mínimo Nacional, una demanda histórica de la categoría profesional, ganó impulso durante la pandemia, con el PL 2564/2020.

También hay que abordar el problema del síndrome de burnout de los profesionales del cuidado. Un tema importante es la falta de lugares de descanso adecuados en el lugar de trabajo. En el Senado Federal se encuentra en trámite un Proyecto de Ley (PL) que garantizaría un descanso digno en las instituciones públicas y privadas de los profesionales de enfermería durante su jornada laboral. Entre los elementos que deben ser regulados están los lugares de descanso, que deben estar ventilados, equipados con mobiliario adecuado, contar con confort térmico y acústico, equipados con instalaciones sanitarias adecuadas y con un área útil compatible con el número de profesionales en servicio.

El estudio Condiciones Laborales de los Profesionales de la Salud en el Contexto del Covid-19(5), realizado por Fiocruz, señala que la pandemia cambió significativamente la vida del 95% de estos trabajadores. Los datos también confirman que generó daños a la salud mental de los profesionales, entre los que se encuentran: alteración del sueño (15,8%), irritabilidad/llanto frecuente/trastornos en general (13,6%), incapacidad para relajarse/estrés (11,7%), dificultad para concentrarse o pensamiento lento ( 9,2%), pérdida de satisfacción en la carrera o la vida/tristeza/apatía (9,1%), sentimientos negativos sobre el futuro/pensamiento negativo, suicida (8,3%) y cambios en el apetito /cambios de peso (8,1%).

No hay nada que indique que el mundo estará preparado para otra pandemia mundial. Una medida obvia que indique que el mundo se está preparando para una nueva emergencia sanitaria similar a la pandemia de Covid-19 sería la inversión constante en remuneración, condiciones laborales adecuadas y capacitación de los profesionales que brindan atención ambulatoria y hospitalaria a los pacientes.

Solo queda esperar que se haya aprendido algo de la desastrosa experiencia de haber manejado la pandemia como si fuese una aventura, usando medicamentos ineficaces y apostando por la denominada inmunidad de rebaño como política pública para enfrentar la enfermedad. No hay atajos en la atención médica, solo la inversión en sistemas públicos puede evitar un nuevo desastre sanitario como el de los últimos dos años.

 

REFERENCIAS

 

1. Organização Mundial da Saúde (OMS), Organização Pan-americana da Saúde (OPAS). Folha informativa sobre COVID-19 [Internet]. Brasília (DF): OPAS; 2020 abr [cited 2021 Nov 13]. [about 10 p.]. Available from: https://www.paho.org/bra/index.php?option=com_content&view=article&id=6101:covid19&Itemid=875

 

2. Humerez DC, Ohl RIB, Silva MCN. Saúde mental dos profissionais de enfermagem do Brasil no contexto da pandemia Covid-19: ação do Conselho Federal de Enfermagem. Cogitare Enferm [Internet]. 2020 [cited 2021 Nov 13];25:e74115. Available from: http://dx.doi.org/10.5380/ce.v25i0.74115

 

3. Conselho Federal de Enfermagem (COFEN). 90% dos Conselhos de Enfermagem do mundo veem risco de aumento no abandono da profissão [Internet]. Brasília (DF): COFEN; 2021 Jul 13 [cited 2021 Nov 14]. Available from: http://www.cofen.gov.br/90-dos-conselhos-de-enfermagem-do-mundo-veem-risco-de-aumento-no-abandono-da-profissao_88606.html  

 

4. Silva MC, Machado MH. Sistema de Saúde e Trabalho: desafios para a enfermagem no Brasil. Cienc Saúde Colet [Internet]. 2020 [cited 2021 Nov 14];25(1):07-13. Available from: https://doi.org/10.1590/1413-81232020251.27572019.

 

5. Fundação Oswaldo Cruz (Fiocruz), Escola Nacional de Saúde Pública (Ensp). Pandemia expõe excesso de trabalho, sofrimento e falta de reconhecimento dos profissionais de saúde, revela estudo da Fiocruz [Internet]. Rio de Janeiro: Ensp, Fiocruz; 2021 [cited 2021 Nov 13]. Available from: http://informe.ensp.fiocruz.br/noticias/51044  

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