Ansiedad y estrés de pacientes que aguardan cateterismo cardíaco: estudio transversal
Luisa Murakami1, Elizabete Schwarz Rua1, Juliana de Lima Lopes1
1 Universidade Federal de São Paulo
Actualmente, las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de óbito en el mundo, predominando las enfermedades arteriales coronarias (EAC), que engloban el síndrome coronario agudo (SCA) y la enfermedad coronaria estable, que producen incapacidades y morbimortalidad(1). El diagnóstico de estas enfermedades puede realizarse a través del cateterismo cardíaco (CATE) que permite valorar la presencia, extensión y gravedad de las placas ateroscleróticas(2).
Un estudio muestra que el desconocimiento de este procedimiento, el tiempo de espera y el posible cambio del estado de salud estaban relacionados a la ansiedad y el estrés(2), sentimientos que pueden ser alterados cuando las variables como la edad elevada, sexo femenino, raza blanca, casado, baja escolaridad, presencia de factores de riesgo cardiovascular, uso de betabloqueante, internación y/o experiencia previa de intervención percutánea e internación en una unidad de terapia intensiva, están presentes(3,4).
La ansiedad se puede dividir en ansiedad-estado y rasgo. Spielberger(5) definió la ansiedad-estado como una condición transitoria de tensión delante de una circunstancia percibida como amenazadora, de forma simbólica, inespecífica y anticipada. El trastorno de estrés agudo, de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales-V, es el desarrollo de síntomas típicos que duran de tres días a un mes después de la exposición a uno o más eventos traumáticos(6). Ambos sentimientos cuando presentes pueden aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca y, consecuentemente, aumentar el consumo de oxigeno empeorando la evolución de la enfermedad(3,7).
En este contexto, identificar los factores que pueden influenciar el aumento de esos sentimientos de determinada población es de extrema importancia para que medidas preventivas puedan ser realizadas. De esta forma, el objetivo de este estudio fue evaluar la relación de la ansiedad y el estrés con las características sociodemográficas y clínicas (edad, sexo, raza o color de la piel, estado civil, escolaridad, factores de riesgo cardiovascular, uso de betabloqueante, diagnóstico médico previo de depresión, internación y experiencia previa del procedimiento y local de internación) de pacientes que aguardan el CATE.
MÉTODO
Se trata de un estudio transversal descriptivo. Fueron considerados elegibles los pacientes que estaban aguardando el CATE, internados en unidades de internación o unidades coronarias, en el período de abril de 2016 a diciembre de 2016. Se incluyeron a los individuos con EAC o SCA que concordaron con participar voluntariamente del estudio por medio de la firma del Término de Consentimiento Libre y Esclarecido, y alfabetizados, por las escalas ser autoaplicables. No se incluyeron a los individuos que presentaron situaciones de inestabilidad hemodinámica y/o dolor precordial, por poder eso provocar ansiedad y estrés en los pacientes y/o en los signos vitales; pacientes que habían sido sometidos a CATE de urgencia; con déficit visual que imposibilitase la lectura y/o con alguna alteración del nivel de consciencia; pacientes usando benzodiacepinas ansiolíticas y/o fitoterápicos; situaciones en las que el paciente haya recibido orientaciones sobre el CATE previamente al inicio de la investigación en la internación actual y/o cuando manifestó que no deseaba recibir informaciones. Se podía excluir a los participantes, caso presentaran situaciones de inestabilidad hemodinámica y/o dolor precordial durante el muestreo. Para un nivel de significancia de 5% y poder del test de 0,90, fue necesaria una muestra mínima de 122 participantes.
Las variables sociodemográficas y clínicas investigadas fueron: edad, sexo, raza o color de piel, estado civil, escolaridad, factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial sistémica - HAS, diabetes mellitus - DM, estrés autorreferido, sedentarismo, obesidad, Dislipidemia - DLP, tabaquismo, etilismo, antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares, diagnóstico médico previo y/o síntomas de depresión), uso de betabloqueante, internación y/o experiencia previa de intervención percutánea y local de internación.
Para describir las variables cuantitativas, fueron presentadas medidas de centralidad y dispersión (media, mediana, cuartiles y desviación estándar); para las variables cualitativas, se presentaron las frecuencias porcentuales y absolutas. Para verificar la existencia de relación de las variables sociodemográficas y clínicas con la ansiedad y el estrés se aplicaron los testes, exacto de Fisher, el T-Student o Mann-Whitney, de acuerdo con la normalidad de las variables. Fue considerado un nivel de significancia de 5%.
Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética en Pesquisas (CAAE:48609115.3.3001.5462, CAAE: 48609115.3.0000.5505).
RESULTADOS
La muestra fue constituida por 122 participantes. Se observó la predominancia del sexo masculino (n=94; 77%), con edad media de 60,7±9 años, de etnia blanca (n=87; 71%), casados (n=90; 74%) y con media de tiempo de estudio de 9,2±4 años. Los factores de riesgo cardiovascular encontrados fueron la hipertensión arterial sistémica (n=97; 79%), diabetes mellitus (n=54; 44%), Dislipidemia (n=76; 62%), estrés autorreferido (n=62; 51%), obesidad (n=42; 34%), sedentarismo (n=88; 72%), antecedentes familiares (n=90; 74%), tabaquista actual (n=24; 20%), no tabaquista (n=41; 33%) y ex-tabaquista (n=57; 47%). Sesenta y tres pacientes (52%) ya habían tenido experiencia de CATE anteriormente. Entre los medicamentos de uso regular, 95 (78%) pacientes utilizaban betabloqueante.
Al realizar la comparación de las variables antecedentes con la ansiedad, se observó que hubo relación significativa entre la ansiedad y las variables estrés autorreferido, tabaquismo y edad, en que el grupo de los más ansiosos dijeron ser estresados, ex-tabaquistas y eran más jóvenes. Referente al estrés, se verificó relación con el tabaquismo y la edad, siendo que los tabaquistas y los pacientes más jóvenes eran los más estresados (Tablas 1 y 2).
|
Ansiedad |
Estrés |
||||||||
Variables |
<42 (n=59) |
≥42(n=63) |
|
<19 (n=56) |
≥19 (n=66) |
|
||||
|
n |
% |
n |
% |
p-valor* |
n |
% |
n |
% |
p-valor* |
Sexo |
|
|
|
|
0,527 |
|
|
|
|
0,051 |
Hombre |
47 |
79,7 |
47 |
74,6 |
|
48 |
85,7 |
46 |
69,7 |
|
Color |
|
|
|
|
0,549 |
|
|
|
|
1,000 |
Blanco |
44 |
74,6 |
43 |
68,3 |
|
40 |
71,4 |
47 |
71,2 |
|
Estado civil |
|
|
|
|
0,765 |
|
|
|
|
0,253 |
Casado |
45 |
76,3 |
45 |
71,4 |
|
44 |
78,6 |
46 |
69,7 |
|
Hipertensión arterial |
49 |
83,1 |
48 |
76,2 |
0,378 |
48 |
85,7 |
49 |
74,2 |
0,176 |
Diabetes mellitus |
25 |
42,4 |
29 |
46,0 |
0,718 |
26 |
46,4 |
28 |
42,4 |
0,716 |
Dislipidemia |
39 |
66,1 |
37 |
58,7 |
0,457 |
34 |
60,7 |
42 |
63,6 |
0,852 |
Estrés autorreferido |
24 |
40,7 |
38 |
60,3 |
0,046 |
25 |
44,6 |
37 |
56,1 |
0,276 |
Diagnóstico médico previo de depresión |
6 |
10,2 |
13 |
20,6 |
0,137 |
6 |
10,7 |
13 |
19,7 |
0,215 |
Obesidad |
25 |
42,4 |
17 |
27,0 |
0,088 |
21 |
37,5 |
21 |
31,8 |
0,569 |
Sedentarismo |
45 |
76,3 |
43 |
68,3 |
0,419 |
41 |
73,2 |
47 |
71,2 |
0,842 |
Antecedentes Familiares |
44 |
74,6 |
46 |
73,0 |
1,000 |
43 |
76,8 |
47 |
71,2 |
0,540 |
Tabaquismo |
|
|
|
|
0,021 |
|
|
|
|
0,002 |
No |
27 |
45,8 |
14 |
22,2 |
|
26 |
46,4 |
15 |
22,7 |
|
Sí |
10 |
16,9 |
14 |
22,2 |
|
4 |
7,1 |
20 |
30,3 |
|
Ex-tabaquista |
22 |
37,3 |
35 |
55,6 |
|
26 |
46,4 |
31 |
47,0 |
|
Etilismo |
|
|
|
|
0,752 |
|
|
|
|
0,898 |
No |
32 |
54,2 |
33 |
52,4 |
|
28 |
50,0 |
37 |
56,1 |
|
Socialmente |
15 |
25,4 |
13 |
20,6 |
|
13 |
23,2 |
15 |
22,7 |
|
Diario |
11 |
18,6 |
14 |
22,2 |
|
13 |
23,2 |
12 |
18,2 |
|
Ex-etílico |
1 |
1,7 |
3 |
4,8 |
|
2 |
3,6 |
2 |
3,0 |
|
Internación previa |
45 |
76,3 |
46 |
73,0 |
0,835 |
44 |
78,6 |
47 |
71,2 |
0,408 |
Experiencia previa de intervención percutánea |
30 |
50,8 |
33 |
52,4 |
1,000 |
31 |
55,4 |
32 |
48,5 |
0,472 |
Betabloqueante |
47 |
79,7 |
48 |
76,2 |
0,669 |
42 |
75,0 |
53 |
80,3 |
0,518 |
Local de internación |
|
|
|
|
0,324 |
|
|
|
|
0,805 |
Unidad Coronaria |
52 |
88,1 |
51 |
81,0 |
|
48 |
85,7 |
55 |
83,3 |
|
Unidad de internación |
7 |
11,9 |
12 |
19,0 |
|
8 |
14,3 |
11 |
16,7 |
|
* test exacto de Fisher
Variables |
Media (±dp) |
Mediana |
Q25 |
Q75 |
Media (±dp) |
Mediana |
Q25 |
Q75 |
p-valor |
||
Ansiedad |
<42 (n=59) |
≥42(n=63) |
|
||||||||
Edad |
62,5 (±9,3) |
63,0 |
55,0 |
69,0 |
59,0 (±8,5) |
61,0 |
52,0 |
66,0 |
0,033* |
||
Estudio (años) |
9,0 (±4,7) |
8,0 |
5,0 |
13,0 |
9,3 (±4,5) |
9,0 |
5,0 |
13,0 |
0,747† |
||
Estrés |
<19 (n=56) |
≥19 (n=66) |
|
||||||||
Edad |
62,8 (±8,6) |
64,0 |
56,0 |
68,0 |
58,9 (±9,0) |
60,0 |
52,0 |
67,0 |
0,019* |
||
Estudio (años) |
9,0 (±4,2) |
9,0 |
5,0 |
12,0 |
9,3 (±4,9) |
8,0 |
4,0 |
14,0 |
0,984† |
||
|
|
|
|
|
|
|
|
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|
Los resultados del presente estudio indican que los participantes con niveles más elevados de ansiedad se autodenominaron estresados, eran ex-tabaquistas y con edad menos elevada (media de 59 años).
Se sabe que el estrés tiene una gran influencia sobre la ansiedad de los pacientes. La relación entre el estrés y la ansiedad se puede explicar por la neurofisiología, que refiere que el organismo, al recibir un estímulo estresante, inmediatamente dispara una serie de reacciones en el sistema nervoso y endócrino, secretando hormonas como la adrenalina y la noradrenalina, que activan la reacción y la decisión de huir o luchar; la dopamina, que mantiene el individuo en estado de alerta/vigilancia; la serotonina, que modula las reacciones comportamentales; y el cortisol, que activa mecanismos para la homeostasia. Estas hormonas también son responsables por el aumento de la ansiedad(11).
Cuanto al tabaquismo, un estudio observacional que evaluó el efecto de cesación del tabaquismo sobre los síntomas psicológicos reveló que los que abandonaron el vicio relataron un nivel de ansiedad significativamente mayor de los que no lo habían abandonado (p=0,03)(12). Al analizar 58.176 individuos que nunca habían fumado, 37.428 ex-fumantes y 32.028 fumantes actuales, se observó que los fumantes y los ex-fumantes tenían, respectivamente, 1,71 veces (IC de 95% 1,54 a 1,90, p<0,001) y 1,23 veces (IC de 95%: 1,12 a 1,36, p<0,001) más chances de presentar ansiedad, cuando comparados a los que nunca han fumado(13).
Se sabe que la nicotina, que es el principal químico adictivo en el humo del tabaco, responsable por su uso continuo y compulsivo, estimula la liberación de varios neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina, que están asociadas a las sensaciones de placer; la serotonina, que modula el humor; la endorfina, que puede reducir la ansiedad y la tensión; y el aminoácido ácido gamma-aminobutírico - GABA, con su efecto inhibitorio de la acción dopaminérgica, promueve la adicción; y cuando ella es retirada del organismo, puede aumentar los sentimientos y las emociones negativas, como la ansiedad(14).
La relación de la edad con la ansiedad se puede atribuir al hecho de que estos individuos están preocupados con las responsabilidades cívicas y sociales, en establecer y mantener un nivel económico de vida y en aceptar y ajustarse a los cambios físicos de la media edad(15). Individuos que todavía trabajan son más ansiosos debido a los riesgos de desempleo futuro, del miedo de no conseguir obtener otro empleo y abrigan, también, la preocupación de establecer una situación segura con la proximidad del fin de la carrera profesional(15). La proximidad del envejecimiento despierta incertidumbres e inseguridades, que exigen la elaboración de nuevos planes y proyectos de vida, lo que puede causar una mayor ansiedad.
Otro hecho que merece atención es que la mayoría de los individuos ansiosos con estar en la media edad era ex-tabaquista y, como discutido anteriormente, los ex-fumantes tienden a ser más ansiosos.
Cuanto al estrés, se observó que los tabaquistas son más estresados de que los no tabaquistas y que los adultos son más estresados de que los ancianos. Otros estudios también muestran que el estrés era mayor entre los tabaquistas cuando comparado a los no fumantes(13). Una investigación mostró que los fumantes indicaron niveles más elevados de estrés percibido (p=0,004) y menos años de educación (p=0,001)(16). Un estudio longitudinal, que acompañó el impacto del estrés sobre la salud de adultos trabajadores, mostró que aquellos que relataron un alto impacto da percepción de estrés sobre su salud eran mujeres, solteras, de menor grado ocupacional, no blancos, fumantes actuales, consumían menos frutas y vegetales diariamente, no practicaban actividad física en niveles recomendados, relataron alto nivel de sufrimiento psicológico, alto escore de afecto negativo, percepción ruin de la salud autovalorada y poco apoyo social en el trabajo (todos p≤0,01)(17). Además del placer y la estimulación, el fumo puede promover analgesia, reduciendo los sentimientos y los conflictos emocionales de forma rápida, pero por ser transitoria, hace que la tensión y la irritabilidad retornen(18). Cuando los efectos de la nicotina cesan, los fumantes presentan síntomas de irritación, frustración, rabia, dificultad de concentración, agitación, aumento del apetito, insomnio y humor deprimido. Para reducir estos síntomas estresantes, ocurre el aumento del deseo de fumar(19).
Con relación a la asociación de la edad y el estrés, se observó que los adultos eran más estresados que los ancianos. Esta asociación puede ocurrir por el hecho de que los adultos aun se encuentran en producción social(15), deparándose con diferentes situaciones potencialmente estresantes, como la creación de los hijos, la relación de pareja, las relaciones interpersonales, aspectos financieros y las relativas a la manutención de la familia, del empleo y de la propia jubilación(15). Los más viejos, en contrapartida, se exponen menos a situaciones estresantes diarias, tienen mayor regulación emocional, y también asumen posturas de adaptación que les permiten crear recursos psicológicos, fisiológicos, sociales y cognitivos(20).
Esta investigación estuvo limitada por la imposibilidad de acompañar a los participantes durante y después del CATE y por la no evaluación del conocimiento previo de los participantes sobre el procedimiento.
En este contexto, los enfermeros deben estar atentos a los pacientes con estas características (adultos, ex-tabaquistas y tabaquistas y con estrés autorreferido) y deben proponer intervenciones que reduzcan la ansiedad y el estrés de estos pacientes.
Las variables sociodemográficas y clínicas que se relacionaron con la ansiedad fueron la edad, el cigarro y el estrés, constatado en adultos, ex-tabaquistas y en los pacientes que se autodenominaron estresados, más ansiosos. El estrés se relacionó con la edad y el cigarro, ya que los adultos y los tabaquistas demostraron ser los más estresados.
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Recibido:2018/09/13
Revisado:2019/04/28
Aprobado:2019/06/20