Objetivo: analizar los índices de absentismo y rotación laboral y su relación con los indicadores de calidad asistenciales. Método: estudio transversal, cuantitativo, realizado con registros de ausencias/cambios de 59 profesionales de enfermería de una unidad de terapia intensiva; registro de los indicadores de calidad/incidencia y prontuarios de los 108 pacientes internados en el período de muestreo. Se utilizó el coeficiente de correlación linear entre indicadores de gestión y de calidad asistencial. Resultados: medias de las tasas de absentismo alcanzaron 9,41% (enfermeros) y 12,52% (técnicos); índices de rotación laboral alcanzaron 2,53% (enfermeros) y 3,57% (técnicos). Hubo fuerte correlación (r>0,7) entre: rotación laboral de los enfermeros e incidencia de extubación accidental (p=0,464); tasa de absentismo de los técnicos y la pérdida de sonda nasoenteral (p=0,300); lesión por presión (p=0,100) y pérdida del catéter central (p=0,200) que también fue correlacionado con la tasa de absentismo de los enfermeros (p=0113). Conclusión: Los resultados elucidados subsidian conductas para la gestión de personas y la mejoría del cuidado, buscando la reducción de daños al paciente.
Descriptores: Absentismo; Unidades de Cuidados Intensivos; Calidad de la Atención de Salud.
Analizar la calidad del cuidado de la salud, principalmente en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI), constituye un desafío delante del tipo de cuidado prestado, del perfil del paciente que sufre constantes alteraciones hemodinámicas y del eminente riesgo de muerte. Dichas características exprimen cuidados de alta complejidad y personal entrenado y capacitado para ofrecer atención ininterrumpida, la cual necesita de decisiones clínicas y administrativas basadas en conocimiento y práctica.
Se observa el aumento de la preocupación de los enfermeros sobre la construcción y la validación de indicadores, objetivando adquirir un cuidado de calidad, que puedan compararse en los ámbitos intra y extra institucional y que reflejen los diferentes contextos de la práctica profesional(1). Para garantizar la calidad del cuidado que el equipo de enfermería presta, son elaborados indicadores para evaluar los servicios en las instituciones hospitalarias(2,3). La construcción de indicadores se caracteriza como una estrategia que posibilita buscar la eficiencia y la eficacia de las estructuras organizativas, de los procesos de trabajo y de los resultados del cuidado prestado.
Los indicadores son instrumentos que posibilitan definir los parámetros utilizados para realizar comparaciones y agregar juicio de valor frente al resultado encontrado y al ideal establecido, por medio de ellos se hace posible valorar los errores y proponer soluciones(4). Los indicadores de gestión de personas, entre ellos el absentismo y la rotación laboral, se utilizan para monitorear la calidad del cuidado y se presentan como un problema a tener en consideración, porque interfiere en el cuidado del paciente, y puede sobrecargar los demás integrantes del equipo y llevarlos a enfermarse. En enfermería, el absentismo y la rotación laboral de personal merecen especial atención, sobre todo en los servicios de funcionamiento ininterrumpido, que exigen la presencia constante del equipo de enfermería, ya que el equipo reducido coloca en riesgo la calidad del cuidado ofrecido a los pacientes, en el atendimiento en las internaciones adultas o pediátricas(5,6).
Conceptualmente, el absentismo se refiere a la frecuencia o duración del tiempo de trabajo perdido cuando los profesionales no comparecen al servicio, correspondiendo a las ausencias cuando se esperaba que ellos estuvieran presentes. Constituyen faltas, licencias, apartarse para participar en programas de entrenamiento y desarrollo(7).
El estudio del absentismo en la enfermería es relevante para subsidiar la planificación y la adecuación de los recursos humanos, considerando el carácter de continuidad del trabajo de enfermería en las 24 horas de actividades de un hospital, por ejemplo(8).
La rotación laboral o turnover puede entenderse como el flujo de admisión y demisión de los trabajadores en una organización. Las etiologías tanto del absentismo como de la rotación laboral están relacionadas a las condiciones de trabajo, como falta de insumos y equipamientos de seguridad, estilo de liderazgo y control, repetitividad de tareas, falta de integración entre los trabajadores y la fragilidad de los vínculos laborales, situaciones que interfieren en la calidad y en la seguridad del cuidado prestado(9).
La calidad de los servicios de salud permea las políticas y las metas organizativas, direccionadas a los presupuestos de la seguridad y de satisfacción de sus usuarios y de los profesionales que actúan en ella(10). Las ideas presentadas nos llevan a buscar respuestas para las siguientes preguntas: ¿Cuál es el impacto del absentismo y de la rotación laboral en enfermería en la calidad del cuidado prestado en una UTI? ¿Cuáles son las correlaciones entre los indicadores de gestión de personas y los de seguridad?
Analizar los índices de absentismo y rotación laboral, y su relación con los indicadores de calidad del cuidado ofrecido al paciente en UTI.
Se trata de un estudio transversal, de abordaje cuantitativo, que tiene como objeto de estudio el índice de absentismo y rotación laboral en la UTI de un hospital escuela, público y universal, de nivel terciario, ubicado en la ciudad de Fortaleza-CE. Este servicio hospitalario es considerado el mayor del estado de Ceará, sirviendo a la población local y por su referencia y complejidad, a los estados vecinos, en diferentes áreas especializadas de la salud.
La UTI en estudio está compuesta por tres sectores equipados para tratar a pacientes críticos, oriundos tanto de otros servicios del hospital, como de la emergencia. El primer sector, UTI 1, tiene 16 lechos para pacientes clínicos, la UTI 2 tiene ocho lechos destinados a pacientes quirúrgicos y la UTI 3 posee 14 lechos divididos entre pacientes de neurocirugía y de clínica médica. Cada sector tiene un enfermero coordinador, enfermeros asistenciales y un enfermero gerente. La recolección de los datos ocurrió durante los meses de febrero, marzo y abril de 2016, utilizando un instrumento del tipo checklist junto a los registros de frecuencia del equipo de enfermería.
La población fue formada por enfermeros y técnicos de enfermería que trabajaban en el servicio, totalizando 32 enfermeros y 38 técnicos/auxiliares de enfermería, distribuidos entre cooperados (COPEN/CE), aprobados en oposiciones de la Secretaría de Salud del Estado (SESA/CE) y del Ministerio de la Salud (MS). Como criterio de inclusión fue utilizado: trabajar en el período diurno y/o nocturno en la unidad de terapia intensiva; y llevar ejerciendo sus actividades en la institución por lo menos un año.
A partir del inventario realizado, se llegó a una población finita de 70 profesionales de enfermería. Se realizó el cálculo de la muestra de acuerdo con la fórmula de cálculo de una muestra para población finita, considerando la prevalencia de 50% y un error de muestreo de 5%.
Donde: n es la muestra; ‘t’ es el valor de distribución de t de student o nivel de significancia (t=1,96); P es la prevalencia del fenómeno (considerada aquí en 50%); Q es el porcentaje complementar de P (Q=100 - P); N es la población; y ‘e’ representa el error de la muestra (aquí considerado en 5%). Llegándose al cuantitativo de 59 profesionales, lo que totalizó la muestra de este estudio.
En el primer momento del análisis se calcularon el absentismo y la rotación laboral, por medio del registro de ausencias y los cambios de los trabajadores entre los sectores del hospital. El segundo momento del análisis fue mediado y realizado por la utilización de la información proporcionada por los documentos existentes en el servicio (instrumento de registro de los indicadores de calidad/incidencia y prontuario del paciente). Esos datos cuantitativos se les realizaron un análisis descriptivo estadístico simple y los resultados fueron presentados en tablas.
El número de prontuarios estudiados correspondió a todos los pacientes internados en el momento de la investigación, totalizando 108 prontuarios y se utilizaron los registros de ocurrencia de eventos adversos que generaron los indicadores en la UTI durante los meses del estudio. Para constituir la muestra de prontuarios, se observaron los siguientes criterios: prontuarios de pacientes con edad igual o superior a 18 años, sometidos al tratamiento clínico y/o quirúrgico, internados en el período de febrero a abril de 2016.
El análisis estadístico fue direccionado para averiguar la correlación entre los indicadores de gestión de personas (rotación laboral y absentismo) y de calidad del cuidado ofrecido al paciente (extubación no planeado de la cánula endotraqueal, incidencia de retirada accidental de sonda nasogástrica/enteral (SNGE), incidencia de lesión de piel (LP) y pérdida accidental de catéter venoso central (CVC). Para esto, se utilizó el coeficiente de correlación linear de Pearson, teniendo como referencias los valores: r>0,70 correlación fuerte; 0,3<r<0,7 correlación moderada e r<0,3 correlación débil. Se consideró un nivel de significancia de 5%.
El proyecto fue aprobado por el Comité de Ética en Pesquisas de la Universidad Estadual de Ceará (parecer nº 1.294.189/15) y obtuvo el término de anuencia de la institución seleccionada para el estudio. Se trata del destaque de un estudio multidimensional de mayor alcance intitulado: “Seguridad en la gestión del cuidado de enfermería: enfoque en los tipos de errores y eventos adversos relacionados al cuidado de la salud”.
El análisis de la tasa de absentismo se realizó por categoría profesional de enfermería. Se puede observar que las tasas de absentismo para los profesionales de nivel medio son mayores que las de los profesionales de nivel superior, conforme muestra la tabla 1:
Tabla 1 - Tasas de absentismo del equipo de enfermería en las UTI en febrero, marzo y abril de 2016. Fortaleza/CE (n=59)
Fuente: investigación directa
A partir de los números, se verificó una media de absentismo de enfermeros en el mes de marzo de 9,41%, índice mayor del considerado aceptable por la resolución COFEN 293/04, que establece el valor de 6% como parámetro de comparación. El índice de absentismo de los técnicos de enfermería en el mes de marzo, en las tres unidades, obtuvo media de 9,93%. Índices mayores que esos valores necesitan ser evaluados atentamente, para poder adoptar medidas que promuevan la salud y prevengan los agravios a la salud del trabajador.
El indicador de rotación laboral de profesionales es relevante para la gestión de personas, pues implica en vínculo con el servicio y con el equipo. Los valores referentes a ese indicador de las UTI se encuentran en la tabla 2. La rotación laboral de profesionales del equipo de enfermería suscita una predisposición de pacientes a riesgos, ya que interfiere en el proceso de desarrollo del trabajador, lo que impide la continuidad de los entrenamientos ofrecidos.
Tabla 2 - Valores de rotación laboral mensual indicado para el equipo de enfermería en la UTI en febrero, marzo y abril de 2016. Fortaleza/CE (n=59)
Fuente: investigación directa
El conocimiento del comportamiento de los profesionales en relación a esas variables y el estabelecimiento de índices compatibles con cada realidad evidencian el cuantitativo de trabajadores que deben ser acrecentados a la plantilla general de servidores de una dada categoría profesional para la cobertura de esas ausencias, así como las medidas necesarias para contener los índices encontrados.
Significados de los indicadores de calidad del paciente en la gestión del personal
En la unidad del estudio, se adoptan algunos indicadores de calidad para auxiliar en las actividades de gestión. Los cálculos de los indicadores fueron realizados con base en el Manual de indicadores de la Nageh(1). Entre ellos están: incidencia de extubación no planeada de la cánula endotraqueal, incidencia de pérdida de SNGE, incidencia de LP e incidencia de pérdida de CVC. Se observó que los valores referentes al período de muestreo son significativos principalmente para los eventos de pérdida de SNGE y LP conforme expuesto en la tabla 3.
Tabla 3 – Cálculo de los indicadores de calidad y su distribución según la naturaleza y frecuencia en UTI, en los meses de febrero, marzo y abril de 2016. Fortaleza/CE (n=108 Total)
Fuente: investigación directa, 2016
Se consideró la retirada de la sonda por el propio paciente o acompañante, por ocasión de manipulación o transporte, salida no planeada en situaciones clínicas (náuseas, vómitos y tos) y fueron excluidas la sonda abierta y otras finalidades de no aporte nutricional, obstrucción y problemas relacionados al material (rompimiento, perforación, entre otros). El número de internación y de exposición de los pacientes varía a cada mes.
La tabla 4 presenta la correlación entre indicadores de gestión de personas (índice de rotación laboral y tasa de absentismo) y de calidad del cuidado ofrecido al paciente (extubación no planeada da cánula endotraqueal, pérdida de SNGE, LP y pérdida de CVC).
Tabla 4 - Correlación entre indicadores de gestión de personas, según categoría profesional, e indicadores de calidad del cuidado en la UTI. Fortaleza/CE, 2016
Fuente: investigación directa
De esta manera. Se observa que hubo correlación moderada y positiva entre el índice de rotación laboral de los técnicos y el indicador incidencia de pérdida de CVC (r=0,659), aunque estadísticamente no sea significante (p>0,05). Hubo correlación fuerte, pero estadísticamente no significante, entre el índice de rotación laboral de enfermeros e incidencia de extubación no planeada de la cánula endotraqueal (r=0,746; p>0,05). Se verificó también, la correlación inversamente proporcional entre el índice de rotación laboral de técnicos y enfermeros y la incidencia de pérdida de SNGE. Los otros indicadores presentaron correlación moderada o débil.
Se constató correlación fuerte entre la tasa de absentismo de técnicos con todos los indicadores de calidad mencionados, aunque con valor de ‘p’ no significativo. Concerniente a la tasa de absentismo de enfermeros, se observó correlación fuerte con la incidencia de LP y la pérdida de CVC, con p>0,05. Los demás presentaron correlación moderada. Es válido destacar que hubo correlación inversamente proporcional entre las tasas de absentismo y la incidencia de extubación no planeada de la cánula endotraqueal.
La Recomendación n° 171 y la Convención n° 161 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) evidencian la importancia de registrar los motivos del absentismo, con la finalidad de conocer sus dimensiones, determinaciones y causas para poder proponer soluciones(11).
Se cree que las tasas de absentismo identificadas en la unidad representan trastornos para la organización del trabajo y consecuentemente, para el cuidado prestado al paciente, además de provocar una sobrecarga de trabajo que, puede conllevar a que los trabajadores se enfermen(12).
Se argumenta que exista un mínimo reductible de absentismo en la mayoría de las organizaciones12). Cualquiera que sea el índice adoptado, él sirve como base de datos para elucidar el problema, es decir, detectar sus causas y si evaluadas con habilidad y eficiencia, es posible planear medidas de control. Entre las principales causas de la salida de los profesionales de enfermería, las más frecuentes son las enfermedades relacionadas al sistema osteomuscular resultantes del propio proceso de trabajo del equipo, como los cambios de decúbito de los pacientes, el baño en el lecho, el transporte del paciente del lecho a la camilla para realizar exámenes, procedimientos y transferencias entre otras actividades(8,5,13).
Según los datos presentados, cuando se relaciona la variable absentismo con la categoría profesional, se queda evidente que los trabajadores de nivel fundamental y medio se apartan más del servicio que los del nivel superior. Otros estudios(5,13) tuvieron la misma conclusión.
Referente a la rotación laboral, se observa un porcentual considerable de profesionales de enfermería que no poseen vínculos laborales con la institución, como es el caso de los trabajadores vinculados a cooperativas de enfermería y cuja rotación dificulta la gestión del cuidado y consecuentemente su calidad. Además, la salida del profesional que ya ha realizado capacitaciones y que posee experiencia en los servicios de salud es perjudicial no solo para la institución que invirtió recursos, sino que también genera descontentamiento en el equipo por causa de la sobrecarga de las tareas(6).
Los resultados encontrados en este estudio sobre la alta rotación laboral entre los enfermeros corroboran con evidencias científicas reveladas por otras investigaciones. Un estudio(12) en Canadá mostró que 22,5% de los enfermeros entrevistados expresaron su intención de dejar el sector al año siguiente. Además de eso, evidenció que la satisfacción y el agotamiento de los enfermeros estaban asociados a la intención de salir, conllevando a la rotación laboral en el sector. Los elementos que generaron mayor insatisfacción en los entrevistados y el consecuente deseo de salir fueron el sueldo, las relaciones enfermero-paciente, el personal de enfermería y el ambiente de trabajo.
Esas fallas se explican porque los profesionales de enfermería representan el mayor contingente de trabajadores en una institución hospitalaria y se envuelven en más actividades de riesgos, y de difícil ejecución(13).
En una revisión sistemática desarrollada para identificar evidencias sobre la influencia de la carga de trabajo de enfermería en la ocurrencia de eventos adversos, se constató que 75% de las investigaciones identificaron influencia de la sobrecarga de trabajo en la ocurrencia de infección, lesión por presión y uso de medicamentos(14).
En las instituciones de salud, la organización del trabajo del equipo de enfermería es esencial para realizarle un atendimiento adecuado y de calidad al paciente. Considerando el contexto del proceso de trabajo en la UTI, donde predominan las actividades complejas, tareas que requieren habilidades y conocimientos técnico-científicos debido a los cuidados que demandan atención permanente y mayor carga de trabajo del equipo de enfermería, existe la necesidad de garantir un número adecuado de trabajadores para asegurar a calidad del cuidado durante las 24 horas del día(15).
Se sabe que la evaluación de la calidad de los servicios en las instituciones de salud debe estar enfocada en tres aspectos considerados importantes: la estructura, el proceso y los resultados. Siempre intentando encontrar los factores que afectan negativamente los resultados, para, que a partir de eso, sea posible adoptar medidas que favorezcan cambios en los comportamientos y en la gestión del servicio y poder encontrar soluciones capaces de transformar la realidad, estimulando el compromiso de los profesionales y los gestores en la calidad de la atención a la salud(16).
Sobre la frecuencia del indicador de seguridad, se verificó la predominancia de la incidencia relacionada a la SNGE y la incidencia de LP. En los registros, los principales factores relacionados a la pérdida de SNGE encontrados fueron la sonda mal fijada, el baño en el lecho y la retirada de la sonda por el propio paciente. Cuanto a las LP, además de las tasas presentadas en la tabla 3, se observa que entre los pacientes de la UTI, en los meses de marzo y abril, con piel íntegra, 16 (2,6%) habían adquirido LP en alguna región. Se destaca que no se incluyeron los pacientes que presentaban LP cuando fueron admitidos y que pueden haberse agravado.
La pérdida de sonda es un indicador de relevancia que tiene como objetivo identificar las principales causas de la pérdida de sondas gastroenterales para, así, construir con el equipo estrategias que eviten sondajes sucesivos e innecesarios. En un estudio realizado(3) en unidades de internación, unidad semi-intensiva y UTI, se obtuvo una media de 57,6% de incidencia de pérdida de sonda nasogástrica/entérica, apuntando como el principal motivo la retirada accidental, seguida por la obstrucción de la sonda.
Se observa, en este estudio, la predominancia de la incidencia de pérdida de SNGE para aporte nutricional por obstrucción, conforme registros efectuados en el instrumento de los indicadores. De acuerdo con la literatura, este tipo de sonda es indicado en diversas situaciones específicas, como fístulas, síndrome del intestino corto, indigestión no especificada, quemaduras, traumas, fracturas múltiples, pacientes en estado de coma o semiinconsciencia, riesgo para aspiración entre otros(17).
La incidencia de LP en los servicios de salud es una preocupación, pues dichas morbididades generan dolor, incomodidad y sufrimiento físico y emocional. Este agravio también prolonga el tiempo de internación, aumenta el coste del tratamiento y la demanda de trabajo del equipo de enfermería. Entre los determinantes críticos para que ocurra el aparecimiento de LP están la intensidad y la duración de presión sobre los tejidos y la tolerancia de la piel y de las estructuras adyacentes para soportarla(18).
Estos aspectos están relacionados al movimiento del paciente, que se entiende como la capacidad para cambiar, mantener o sustentar determinadas posiciones corporales; también a la habilidad de remover cualquier presión en áreas de la piel/cuerpo promoviendo la circulación; y a la percepción sensorial que implica en el nivel de consciencia y refleja la capacidad del individuo de sentir estímulos dolorosos o incómodos y reaccionar cambiando de posición o solicitando auxilio para realizarlos(18). En concordancia con este estudio, Borghardt et al.(19) clasifica a los pacientes de UTI como críticos, pues además de toda la gravedad clínica y todos los riesgos que los cuidados intensivos envuelven, esos pacientes permanecen en reposo en la posición dorsal por largos períodos de tiempo, lo que facilita las condiciones para desarrollar y agravar las lesiones debido al exceso de presión en las regiones occipital, sacra y calcáneo.
São considerados factores de riesgo para la extubación no planeada de la cánula endotraqueal: agitación motora; confusión mental; déficit sensitivo; disturbio neurológico; uso de sedativos o pos sedación; fijación incorrecta de la cánula endotraqueal; presión inadecuada del cuff; uso incorrecto del suporte para extensiones y circuitos ventilares y movilización del paciente. En el presente estudio, se encuentra correlación inversamente proporcional entre las tasas de absentismo y la incidencia de extubación no planeada de la cánula endotraqueal, lo que sugiere concluir el desempeño eficaz del equipo de enfermería, el cual es responsable por el manejo del paciente (baño, higienización, medicación, aspiración orofaríngea, limpieza y cánula).
El acceso vascular percutáneo, tanto venoso como arterial, es una rutina en las UTI. El desarrollo industrial y tecnológico permitió la colocación en el mercado de catéteres de mayor biocompatibilidad, diseñados para facilitar los procedimientos de canulación vascular, disminuyendo el riesgo de complicación a corto y largo plazo. No obstante, algunos puntos básicos no deben olvidarse, porque dependen exclusivamente de la acción humana para que los beneficios siempre ultrapasen los riesgos inherentes a esos procedimientos altamente invasivos. Son ellos: conocimiento integral de la anatomía vascular y de las estructuras subyacentes; indicaciones y escojas del tipo de catéter, del local de punción y de la técnica de inserción vascular; obediencia rigorosa a los pasos técnicos descritos para la realización de las punciones; conocimiento de las complicaciones en potencial; observación rigorosa de los preceptos quirúrgicos de antisepsia y asepsia en su ejecución; control radiológico de la posición final del catéter en los casos de catéter venoso central; manejo del catéter y de sus conexiones dentro de rigorosos principios destinados a la prevención de complicaciones, destacándose las de origen infecciosa; observación y atención constantes para detectar precozmente la aparición de señales sugestivas de mal funcionamiento, infección o trombosis; limitación al menor tiempo posible de uso.
El manual de normas y rutinas presente en la unidad estudiada establece cambiar la punción venosa a cada 72 horas, conforme protocolo de la Comisión de Control de Infección Hospitalaria (CCIH) de la institución. Por tanto, fue ese el criterio utilizado para analizar el factor de riesgo relativo al tiempo de acceso. Sobre esto, en 38% de los prontuarios analizados no se encontraron registros relacionados a esos cambios. La calidad del cuidado está íntimamente relacionada al desempeño de las personas, al proceso de trabajo y de registro, procurando una cultura organizacional(16). La mejoría de la calidad es un proceso continuo con resultados satisfactorios a largo plazo.
Es patente que la elaboración de estrategias para minimizar los índices de absentismo y de rotación laboral es necesaria, pues objetivan la promoción de la salud de los trabajadores. Esas estrategias realizadas por medio de programas y acciones preventivas buscan mejorar las condiciones de trabajo y la oferta de formas positivas para enfrentar las adversidades en el ambiente de trabajo para que, de esa manera, se favorezca tanto la calidad del cuidado prestado al usuario como la salud de los profesionales de enfermería. Se evidenció que los motivos de salud son las principales causas que llevan a los funcionarios a faltar, especialmente cuando se enferma alguno de sus familiares.
Los principales resultados de la investigación son aquellos que derivan del análisis conjunto de las necesidades de cuidado de los pacientes, del cuantitativo de personal con habilidades, conocimiento y comportamientos adecuados, y el aumento de las tasas de los indicadores de calidad que poseen registro en la unidad estudiada. En este sentido, se evidenció que el absentismo del personal de enfermería genera el aumento de los indicadores de calidad seleccionados. Tal hecho ocurre por el estabelecimiento de recursos humanos insuficientes para prestarle al paciente el cuidado de forma adecuada.
Vale destacar la limitación de este estudio que tuvo un tiempo reducido para ser realizado y también hubo la necesidad de rehacer los cálculos de las tasas, pues las que provenían de los registros obtenidos no mencionaban ninguna referencia.
El índice negativo de indicadores de calidad repercute directamente en la calidad del cuidado prestado porque la dimensión cuantitativa y cualitativa con relación a los recursos humanos debe estar de acuerdo con las necesidades del grupo de pacientes que será atendido. Siendo así, el estudio de los indicadores de gestión de personas en la enfermería está relacionado tanto con la promoción de la salud de los trabajadores como con la salud de los pacientes, pues crean condiciones favorables de trabajo, respetando al trabajador y al usuario.
Los resultados mostraron mayores tasas de absentismo y rotación laboral entre los técnicos de enfermería, cuando se comparan con las tasas de los enfermeros. En la evaluación de los indicadores de calidad del cuidado, la mayor incidencia fue la de pérdida de CVC (29,03%).
En la verificación de la correlación entre los indicadores de gestión de personas y los indicadores de calidad del cuidado no se observaron correlaciones estadísticamente significativas, lo que posiblemente se deba al número pequeño de participantes en el estudio o de la limitación del período de acompañamiento. Sin embargo, algunas correlaciones fuertes (r>0,7) fueron elucidadas, como entre el índice de rotación laboral de los enfermeros y la incidencia de extubación no planeada; y entre la tasa de absentismo de los técnicos de enfermería con todos los indicadores de calidad del cuidado.
La investigación suministró elementos para perfeccionar las conductas de gestión y mejorar el cuidado, con el objeto de subsidiar estrategias de gestión que promuevan la reestructuración de los procesos asistenciales en enfermería y la reformulación de la política de gestión de personas, para incrementar las inversiones en el campo de la salud y en la calidad de vida de los profesionales del área. Así, será posible cuidar de la salud de manera segura, reduciéndole los daños al paciente.
Todos los autores participaron de las fases de esa publicación en una o más etapas a continuación de acuerdo con las recomendaciones del International Committe of Medical Journal Editors (ICMJE, 2013): (a) participación substancial en la concepción o confección del manuscrito o de la recolecta, análisis o interpretación de los datos; (b) elaboración del trabajo o realización de la revisión crítica del contenido intelectual; (c) aprobación de la versión sometida. Todos los autores declaran para los debidos fines que es de su responsabilidad el contenido relacionado con todos los aspectos del manuscrito sometido al OBJN. Garantizan que las cuestiones relacionadas con la exactitud o integridad de cualquier parte del artículo fueron debidamente investigadas y resueltas. Eximiendo por lo tanto el OBJN de cualquier participación solidaria en eventuales procesos judiciales sobre la materia en aprecio. Todos los autores declaran que no poseen conflicto de intereses, de orden financiera o de relacionamiento, que influencie la redacción y/o interpretación de los resultados. Esa declaración fue firmada digitalmente por todos los autores conforme recomendación del ICMJE cuyo modelo está disponible en http://www.objnursing.uff.br/normas/DUDE_final_13-06-2013.pdf
Recibido: 25/07/2016 Revisado: 14/02/2017 Aprobado: 15/02/2017